Es una parte integral de la personalidad, esta está presente durante toda la vida del ser humano desde el nacimiento hasta la muerte y la manera de manifestarla y vivirla es diferente en cada persona, así como su forma de expresión varían según cada época de la vida. Además, la sexualidad está mediada también por factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales, entre otros.

Por otra parte, La OMS (citado en Charnay y Henríquez, 2003) Relaciona la sexualidad como la experiencia del proceso continuo de bienestar físico, psicológico y sociocultural para que de este modo surja una buena salud sexual. Para que se alcance es necesario que los derechos sexuales de las personas, como el derecho al placer sexual, a la expresión sexual emocional, a información basada en el conocimiento científico, a la educación sexual integral y la atención de la salud sexual se logren, es por ello que cada año se va tomando en cuenta las acciones de promoción y educación para la salud que van orientadas a establecer hábitos y conductas sexuales en la sociedad, mediante programas educativos dirigidos a esta, que logren aportes significativos en concordancia con su sexualidad.

 

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Inicio de las relaciones sexuales

El tiempo de iniciación de las relaciones sexuales está relacionado con el nivel de autoestima. Éthier et al. (2006) examinó la relación entre autoestima, angustia emocional y conducta sexual en adolescentes mujeres y encontró que los adolescentes que tenían una autoestima más baja al inicio reportaron iniciar relaciones sexuales antes y haber tenido parejas de riesgo. Con hallazgos similares sobre el efecto de la autoestima en la iniciación sexual, Wheeler (2010) concluyó que reforzar la autoestima y mejorar el rendimiento entre las jóvenes puede tener beneficios específicos en la toma de decisiones sexuales y asunción de riesgos relacionados con las sustancias.